Esa noche en Poesía en Voz Alta 2010, Tomasita pidió hacer una décima al tacto, llegué al escenario corriendo, puso su mano en mi pelo, yo se la puse en mi pecho, me dijo cómo te llamas, le dije "Rojo", y comenzó lo que considero fue una ceremonia de iniciación, un bautismo de fuego en las lides del repentismo(de la improvisación) (quizá sea por lo mismo que al final de su décima improvisada me dijo Tomasita Quiala que la dejara ser mi sangre/ para que de ahí en adelante mis venas fueran cables henchidos de nueva sangre/ sólo que ahora iluminada...
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