Vas bajando las escaleras
guiado por trocitos de vela
Sí, sí
justamente debajo del altar del teatro Carlos Lazo
en la facultad de arquitectura
y ves un disco enorme de metal con alitas
alumbrado por dos reflectores,
(escuchas que corre agua)
Más discos de metal con rendijas y suspendidos siempre
La mayoría a ras del piso
Y aparecen de repente los Virgilios y Virgilias
con sus playeras blancas y sus overoles azules
Primero
el Oído
Con “Across the universe” sonando en la obscuridad,
De regalo una hoja grande verde y dura y más hojitas caídas desde arriba
( y las velas alumbrando la escena)
A partir de entonces van llegando despacito las palabras:
Aparecen en el suelo con un pincel,
Nacen en la espalda entalcada de Nara Pech,
Arden en los cerillos alineaditos sobre una mesa
o descansan apacibles sobre las servilletas,
en pizarrones
o en los pechos de los asistentes
a punto de lanzar tejas mojadas de colores directito al techo.
Llega un momento en el que siento que esto ya es un recorrido tribal
y por lo tanto un acto de creación colectiva
esto de estar tan juntitos, columpiándonos entre mandalas de metal
(y perfectos desconocidos) pero hechos de la misma carne
Somos un Todo que Somos Uno que va caminando en la obscuridad del sótano
Me queda claro de inmediato que estamos dentro de un vientre materno
Somos espermatozoides luminosos con óvulos integrados por toda la piel
Con la pulsión fecundadora y receptora en las manos
Estamos apunto de Nacernos
:
Venimos en un carrito de la montaña rusa
Y la caída libre es encontrarnos frente a frente en el espejo.
Tan juntitos armando avioncitos y descalzos nos damos cuenta de que contamos con esa herramienta llamada Tacto
(y la llenamos de agua y la ponemos dentro de una tina)
Y con las donas azucaradas en silencio
y disfrutando jugo y manzanas amarillas o también rojas:
tenemos al señor don Gusto
(como que se reinaugura, como que también nace)
con Las palomitas de papel con algún recado de Nezahualcoyotl,
con la tierra convertida en chocolate y la lectura.
No me cabe la menor duda
estamos acá siendo iniciados en nuestro cuerpo,
mientras el altar de allá arriba está dormidito
(mientras el otro altar junto a la tetera
no deja de latir (sigue latiendo)
junto a los inciensos, las libretas y las pipas)
Pero este laberinto es materia transmutable en metro capitalino con todo y ambulantes,
En misa ralentizada dirigida por los Talking heads,
En emergencia sanitaria orientada
a no dejar que al paraíso de cada cual
se cuele ni una gotita de stress.
Y es en verdad una sucesión de tantos lugares y tantas voces pero sin partir de ahí:
El sótano imponente con columnas panzonas
y un recuerdo de Zurita tallado en las montañas de los Andes,
¿será un parto a la usanza budista que sin tanta sangre ni tantas horas
te permite ver con otros ojos la noche a la que sales al terminar la función?
Sin duda otra forma de ir catalogando las tonalidades en el aroma del pasto y la tierra mojados al ir caminando por las Islas rumbo a metro Copilco.
Y
El backstage del Carlos Lazo al salir:
parecería que no ha pasado nada,
Que toda la orquesta que afinaron meticulosamente los de La Comedia Humana,
No hubiera dado un concierto
Pero vaya que lo hizo
Vaya que lo hicieron,
Y puedo decir sin equivocarme
Que todos los que 1, 2, 3 o 5 veces asistimos al Paraíso
No salimos siendo los mismos;
Sólo me queda darles las gracias a todos esos prestidigitadores espaciales
Que me hicieron partícipe de todo ese acto
Que tuvo mucho de oda y oración al Estar Siendo
y al eterno Acontecer del Universo.
Miércoles 19 de agosto 2009
Ciudad Universitaria-Ajusco
Ismaél, Lila, Muriel, Avelina y Nara Pech
rojito no había visto esto tan hermoso! muchas gracias. esperamos poderte ver en tus prox presentaciones en el metro. muchos besos y abrazos.
ResponderEliminarlila